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Comunicación responsable para la equidad de género

Por Marcela Vaccaro; Directora y socia FOCCO

Enero 2025

En el Día Internacional de la Mujer uno suele relevar la importancia de recordar a aquellas valientes que en 1909 exigían mejores condiciones laborales, en lo que se conoce como la huelga de las trabajadoras del vestido de Nueva York. Hoy, en vez de conmemorar, con dolor vemos la necesidad de volver a levantar la voz ante una tendencia preocupante y retrógrada evidente en materia de derechos y respeto por los temas de género, diversidad e inclusión, en especial de parte de  algunos líderes internacionales de relevancia en el escenario global.

Más allá de la arena política, quienes trabajamos en el mundo de las comunicaciones tenemos una responsabilidad indudable en la expansión y/o freno de la difusión de estas tendencias. Cada aporte y cuidado que hacemos en la comunicación que abordamos desde nuestras organizaciones – sean estas públicas, privadas o sociales – se constituye  no solo en un aporte, sino en una señal potente de si una sociedad está dispuesta o no a asimilar y aceptar las tendencias en términos de equidad de género, que vienen de otras latitudes.

 

En un contexto global donde los derechos de las mujeres enfrentan retrocesos, es crucial que las comunicaciones sobre la equidad de género sean claras, responsables y empoderadoras. ¿Cómo? Quizás hay algunos elementos esenciales que se pueden recordar:

  • No aceptar comentarios discriminatorios de ningún tipo en las comunicaciones, sin importar quién sea el emisor. La línea editorial institucional es esencial. Esto también es un llamado a reflexionar en qué espacios participamos; si los medios en los que estamos comparten nuestros valores inclusivos o no, pues en caso contrario no deberíamos participar en ellos.

  • Visibilizar las disparidades. Analizar cómo las narrativas y estereotipos de género impactan la percepción pública y contribuyen a las desigualdades, procurando una representación más equitativa e inclusiva en todas las comunicaciones.

  • Apoyar a las voces femeninas. Fomentar la participación y visibilidad de mujeres en todos los ámbitos, especialmente en aquellos donde históricamente han sido subrepresentadas.

  • Enfatizar con nuestros equipos y colegas la importancia de un lenguaje inclusivo y respetuoso que no perpetúe estereotipos ni discriminaciones.


Desde la mesa de toma de decisiones, podemos aportar con un análisis de las consecuencias de la anulación de políticas de género en la vida real de las mujeres. Aunque ocurre hoy en otras latitudes, la extrapolación es un ejercicio preventivo potente. También podemos discutir con nuestras organizaciones la importancia de proteger los avances en materia de género, respetando las políticas inclusivas y promoviendo un entorno laboral equitativo que se refleje en sus comunicaciones y publicidad.


La equidad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino un pilar esencial para la construcción de un mundo pacífico y próspero. El espectáculo de retroceso que vemos en el mundo hoy es inaceptable. No seamos tibios en esto. Solo así podremos construir puentes de entendimiento y diálogo que nos conduzcan a un futuro más armonioso y justo para todos.

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